La situación económica en el AMBA
Por Mario Passarini.
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Conclusiones del 12° Monitor de Clima Social que realiza el Centro de Estudios Metropolitanos (CEM) que integran la UMET (Universidad Metropolitana para la Educación y el Trabajo), la Universidad Nacional de Hurlingham y la Arturo Jauretche.
El estudio se concentra en tres áreas: la seguridad alimentaria, económica y laboral.
Alimentación.
El 48% de los consultados afirman que durante el último año tuvieron que reducir las porciones de comida por falta de dinero. Es casi la mitad de la población y tres puntos más que en septiembre 2019. En el Segundo Cordón sube al 57%.
El 28% dijo que en algún momento del último año pasó hambre. Es una leve disminución con relación al último indicador que fue del 31%. Tiene que ver con la masiva asistencia social impulsada por el gobierno del Frente de Todos.
Trabajo.
Es otro aspecto crítico por la baja de la actividad económica en Argentina y en el Mundo.
El 49% de los entrevistados cree que es probable que tengan dificultades con el empleo.
En el hogar, el 39% afirma que alguno de los integrantes del grupo perdió su trabajo en el último año. Son mayoría los que dicen que alguno de ellos salió a buscar empleo porque el dinero que ingresa no es suficiente.
Economía.
En esta área las respuestas fueron mejores, básicamente porque hay una mirada más esperanzada en el modelo del Frente de Todos y en el gobierno de Alberto Fernández.
A eso se agrega el rescate social que concretó el Ejecutivo, tanto a nivel de trabajadores, desempleados y empresas.
Esto explica que el 50% de la situación económica es mala o muy mala, cuando en la medición anterior era del 67%. Lo mismo surge de cómo está su situación económica personal con relación a un año atrás.
Anterior: 55% decía que era peor, mientras que bajó al 41%. Como era de esperar, todos los números son peores en el segundo y tercer cordón del GBA y en los sectores de menores recursos.
Lo interesante del trabajo, es que no existe hasta el momento, una sensación de desesperanza, hay expectativas. Esto se puede explicar por una visión más positiva hacia el cambio de modelo, pero también por medidas concretas de transferencias directas: Asistencia al Trabajo y la Producción (ATP), que paga parte del salario del 40% de los trabajadores formales, el Ingreso Familiar de Emergencia (IFE), 8.600.000 personas, que cubre a los trabajadores informales y que suman, junto a empleados públicos, jubilados, asignaciones familiares de trabajadores formales, Asignación Universal por Hijo (AUH, un total de 2.237.187, el 52% con un solo hijo, 28% con dos hijos, 13% con tres, 5% con cuatro y 2% con cinco), 21 millones de personas que reciben ingresos del Estado.
Además de asistencia crediticia a las empresas a una tasa del 24% anual y garantía del Estado; para autónomos y monotributistas, créditos a tasa cero con seis meses para empezar a pagar y a 12 meses de plazo, monto según categoría, mínimo $ 50.000, máximo $ 150.000.