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Martín: Diario de Marcha al Lago Escondido

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Martín: Diario de Marcha al Lago Escondido
Martín Balsamo frente a la mansión de Joe Lewis en Lago Escondido.

Martín: Diario de Marcha al Lago Escondido

Diario de Marcha por Martín Balsamo.
Fotos: Virginia Chaile
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El 28 de enero comenzó la 7ma Marcha a Lago Escondido desde la chacra Wharton, a unos 12 kilómetros de El Bolsón, Río Negro, por los senderos de montaña que conducen a Cajón del Azul, al Lago Soberanía y al Lago Escondido. Unas sesenta personas provenientes de distintas provincias, iban a caminar durante tres días hasta llegar a las orillas del Escondido. Otra columna intentó avanzar por el camino Tacuifí, el 30 de enero más de 300 personas marcharon de forma pacífica hasta la reja que colocó el británico Joe Lewis que les impidió el ingreso al camino Tacuifí, pese al fallo provincial que exige su apertura inmediata.
El intento de llegar al Lago Escondido por el camino de Tacuifí y la travesía de la Columna de montaña, fueron una misma acción conjunta de la 7ma. Marcha por la Soberanía, organizada por FIPCA.

Martín Balsamo.

Entrevista a Martín Balsamo.
Martín Balsamo vive en Ituzaingó desde los seis años. Ahora tiene 27, hizo la secundaria en la Técnica 1 República del Paraguay de Ituzaingó y se recibió de Técnico Químico. Después hizo la carrera de Física y actualmente trabaja en procesamiento de datos, desarrollando algoritmos de inteligencia artificial.
Claves: ¿Trabajás por tu cuenta o en alguna empresa?
Martín:
En relación de dependencia en una empresa.
Cl.: ¿Cómo pudiste hacer la Marcha con tu trabajo?
R.:
Pedí las vacaciones en la empresa para esa fecha, ahora me reintegro.
Cl.: ¿Cómo es tu trabajo político en la Agrupación 13 de Noviembre?
R.:
En la Agrupación soy el referente de Juventud y ahora estoy muy enfocado en Eureka, la escuelita de ciencias que está ubicada en Belén y Brandsen, ahí soy profesor y estoy en el equipo que armamos los talleres y esas cosas. Y después doy una mano con lo que es la comisión de comunicación, porque soy fotógrafo profesional, entonces lo que es flyers, cobertura de cosas, y como también me doy maña con todo lo que tenga cables me hago cargo de proyectores, sonido.
Un grupo de la Agrupación 13 de Noviembre acompañó la salida de la Marcha en El Bolsón. Foto 13 de Noviembre.

Cl.: En la Técnica República del Paraguay aprendés de todo.
R.:
Sí, ahora lo más fuerte que estoy haciendo es Eureka, pero también lo que se necesita.
Cl.: ¿Cuánto hace que está Eureka?
R.:
Desde el año pasado, pero habíamos empezado con un par de ferias itinerantes, pero con talleres todas las semanas empezamos en mayo del año pasado.
Cl.: ¿Hay muchos chicos?
R.:
Tenemos 60 chicos. Lo que trabajamos en Eureka es el método científico, más que una clase de química, una clase de física, se trabaja una fenomenología y la idea es ¿cómo se hacen preguntas? Uno no sabe cómo hacerse preguntas, cómo se hacen las primeras preguntas científicas, cómo se hace un experimento, cómo se llega a pruebas. Se trata de juegos porque son chicos muy chiquitos. Los más chiquitos tienen cuatro años y los más grandes 11.
Ahora estamos viendo en función de nuestros horarios si podemos expandir un poco más en edades, más horarios y cosas por el estilo.
Cl.: ¿Y cómo llegan los chicos a Eureka?
R.:
Nosotros hicimos difusión, primero con las ferias que fueron bastante masivas, en las ferias había talleres, después con el Instagram y mucho boca a boca y como no había oferta ni pública ni privada para que los chicos hagan ciencia, deporte, arte, esas cosas existen, así que el crecimiento fue rápido. También como vengo de una escuela técnica tengo muy buena onda con profesores y profesoras y me ayudaron a difundir, nos conectamos con las escuela que hay cerca, hay cuatro escuelas cerca de donde está Eureka, así se fue corriendo la voz.
Cl.: ¿Cómo ves el trabajo de la 13 de noviembre en otras áreas?
Alejandro “Vikingo” Neyer dirigió la Columna de Montaña «Juana Azurduy».
R.:
Para mí lo que caracteriza a la 13 de noviembre es el debate y la formación política, de hecho así me entero de lo de Lago Escondido, hace unos años viene Facundo Alonso, mi mejor amigo y también mi referente político, me dice que unos locos remaron hasta una isla en el medio del Lago Escondido, izaron una Bandera Argentina y cantaron el Himno. Y ahí empezamos a seguir todo lo que hacía FIPCA, teníamos una revista y empezamos a escribir sobre el tema y en febrero del año pasado, después de la Sexta Marcha, que no se llegó al Lago Escondido porque un grupo de encapuchados armados los detiene en el Lago Soberanía, lo traemos a Rachid al Centro Cultural Tiza y Carbón y en septiembre volvimos a dar una charla con Alejandro “Vikingo” Neyer, Gustavo Bellido y Eloy Pablo Orcellet, sobre la Séptima Marcha y ahí se dio la participación.
No fue sencillo, los que participamos en la Marcha debimos llevar nuestro equipo, yo tuve la suerte que el compañero Hernán de Ituzaingó me prestó parte del equipo necesario, pero tuvimos que pagar el traslado y el costo de los lugares para acampar. Tuve la ayuda de la Agrupación 13 de noviembre que organizó un bono solidario para solventar parte del viaje.
Cl.: En el diario de marcha contás que habías tenido alguna experiencia en travesías de montaña.
7ª Marcha por la Soberanía, Columna “Juana Azurduy”.
R.:
Yo soy rionegrino, nací en General Roca y le tengo un cariño particular al Sur. Mis vacaciones, cuando puedo tomármelas, voy a Bariloche, mi primer experiencia de montaña fue en el Refugio Frey, que la habré hecho tres o cuatro veces, son travesías que uno conoce más o menos la dificultad, siempre hay un organismo que regula los refugios, en el caso del Frey es el Club Andino de Bariloche, en el caso del circuito del Cajón de Azul, Las Horquetas, Los Laguitos es el ANPRALE y ahí no te dicen que vas a tener que subir por una cuerda prácticamente en vertical para cruzar a Lago Escondido. Te dicen que podés llegar en el día, de hecho nos cruzamos con gente en el camino. Te dicen sí, sí, se puede, nosotros éramos 60 personas con cayacs, con montañistas experimentados, tenía experiencia de montaña pero aun así resultó muy difícil.
Hay lugares donde es difícil llegar, el punto es que existe un camino fácil para llegar al Lago. Es el camino de Tacuifi que está cerrado por Lewis y no lo quieren abrir. No porque es un rico que se apropió de un Lago y nada más, sino que es una posición estratégica a nivel geopolítico.
No es sólo el Lago, es también el aeropuerto que tiene en otra estancia en Sierra Grande, sobre el Atlántico, con una pista de aterrizaje similar a aeroparque a 400 metros de mar, y la otra en Punta de Magallanes, en la Patagonia austral, la base militar que hay en Malvinas, cualquier tierra que tenga un inglés es propiedad de la Corona Británica porque es un súbdito inglés, vienen por nuestra Patagonia.
Allí también tenés la vivencia del estado paralelo, de mafia y de la indignidad que hay, a mí me lo habían explicado en las charlas previas, pero estar allí y ver con la impunidad con que se manejan es impresionante.

Diario de Marcha de Martín Balsamo.

Sábado 28 de Enero.
Nos levantamos a las 7, el día estaba precioso, no hacía frío. Desarmamos la carpa, armamos las mochilas, y ya estábamos listos para partir.
Unas chicas del ANPRALE nos vinieron a dar la charla de bienvenida. Nos dicen que tenemos un día hasta Las Horquetas, un día hasta Los Laguitos y un día hasta el Lago Escondido, que esta última parte se puede hacer en el día. Entramos al circuito de refugios escoltados por la policía, condición pedida por FIPCA para resguardar nuestra seguridad en el camino.
La distancia entre la chacra Wharton y el refugio las horquetas es de 14.8 km. Es un camino precioso, pero se me hizo muy difícil, muchas subidas y bajadas, todo el tiempo pensaba que estábamos por llegar pero no era así: había que lograr no desmotivarse y eso parecía difícil. Paramos a almorzar en el refugio la playita. En el medio pasamos por el Cajón del Azul, lo que fue hermoso porque los compañeros cordobeses desplegaron la bandera de fuck you Lewis y la reacción de la gente fue positiva. Las pasarelas no me dieron tanto miedo como creí, estaba concentrado, había que llegar. Un par de compañeros mayores estaban muy castigados por el viaje y tuvimos que repartir su peso.
Una vez llegados al refugio elongamos, ahí es cuando Franco se convierte en “EL PROFE”.

Domingo 29 de Enero

Dos compañeros deciden que no pueden continuar, deciden bajar ese día, antes de salir una compañera local de ATE nos da una emotiva charla de lo importante que era para ellos que nos involucremos, le regaló a Pablo Moren la bandera mapuche.
Elongamos y salimos, ese día caminamos un poco menos, 12.43km pero mucho más en subida: La mente manda, el cuerpo obedece, eso nos decía el Vikingo Neyer constantemente y tenía razón, ya mentalizados en la dificultad irónicamente el camino se hizo muchísimo más fácil.
Paramos a comer en lo que (creo) era el Río Rayado. Se me empezó a hacer una ampolla que el Vikingo solucionó rápidamente. Continuamos y llegamos al refugio Los Laguitos, un lugar paradisíaco, ese día nos metimos todos al lago, saltando desde el muelle.

Lunes 30 de enero
Comenzamos a caminar luego de elongar, como ya se había hecho costumbre, este tramo era más corto, pero ya en la mitad del recorrido no se podía avanzar de otra forma que no sea a pie, por lo que nos encontramos con gran parte del equipamiento que habíamos enviado desde Wharton a caballo (los kayaks y gran parte de las provisiones). En esta parte el sendero ya no está marcado prácticamente, y hay algunos cruces de ríos que son peligrosos, de hecho una compañera resbaló cruzando y se golpeó la cabeza contra las rocas, por suerte luego la atendió Jorge Rachid y no fue nada grave, pero nos llevamos un buen susto.
Ya la última parte antes de llegar al Lago Soberanía era complicada porque tiene bajadas que son muy empinadas, pero en equipo pudimos sortearlas. Ese mediodía llegamos a la playa que el año pasado bautizaron como “Playa Dignidad”, armamos las carpas, inflamos los kayaks y descansamos. Esa tarde hicimos un acto, pusimos todas las banderas, cantamos el himno y los compañeros referentes dieron unas palabras. Fue muy emocionante.

Martes 31

Travesía en kayaks desde la costa oeste del lago hasta la Isla de los Patriotas, ubicada casi en la mitad del lago.
Esa mañana la columna se dividió en dos, veinte compañeros y compañeras cruzarían el Lago Soberanía remando, acarreando en balsas gran parte del peso, el resto iríamos por montaña. El sendero ya directamente no existe, hay que abrirse paso entre las plantas para poder avanzar. Hay algunos puentes y escaleras en pésimas condiciones por los que vamos pasando, hasta que llegamos a la parte que al menos a mí más me costó: una subida muy empinada, en un terreno muy flojo, donde no había piedras ni raíces de las que agarrarse porque todo se desprendía. En ese momento mientras el Vikingo y otros compañeros más experimentados subían para colgar una soga así de esa forma podíamos pasar, me empiezo a poner mal. Estaba esperando en una cornisa que se desmoronaba, viendo como mientras los compañeros intentaban subir que se iban cayendo las piedras y había que esquivarlas. Una compañera de Córdoba fue alcanzada por una de esas rocas que lastimó su pierna. Cuando me tocó subir ya tenía los músculos fríos y estaba asustado, pero los compañeros me dieron la fuerza y la confianza necesaria para subir, aun cuando lo creía imposible. Es una tomada de pelo que nos digan que ese camino es accesible para cualquier argentino o argentina. Yo ya tenía experiencia en refugios de montaña pero jamás me había enfrentado a algo tan complicado.
Cuando termino esa subida a los pocos minutos llego a la otra costa del Lago Soberanía, donde ya nos estaban esperando los compañeros que habían avanzado por agua, ahí entre abrazos me quiebro emocionalmente y me cae la ficha de lo difícil que era lo que estábamos haciendo.
Ya con los kayaks desinflados juntamos todo y seguimos avanzando. Al poco tiempo llegamos a un cartel con información sobre el paso de servidumbre para acceder al lago escondido: indica que solo se puede entrar hasta las 15hs, cosa que es imposible si uno va desde el refugio Los Laguitos, eso lo hacen para que si alguien puede lograr toda la travesía y llega hasta ahí tenga que volverse automáticamente.
La gente de Lewis nos intercepta y los referentes les explican que íbamos a ir a acampar en la orilla del lago, mientras avanzábamos nos esperaban con una pancarta que decía “gracias por demostrar que es POSIBLE llegar al lago escondido”, así empezaron las provocaciones. A partir de ese instante nos empezaron a filmar en todo momento. El camino que nos sugerían para que avancemos (por la orilla del lago) era muy angosto, así que debimos cruzar la cinta de peligro que delimitaba “lo público de los privado” hasta llegar a una playita de piedra, delante de un quincho que tenían ellos, en el cual nos esperaban con dos parlantes enormes mientras cocinaban un chivito a la cruz.
Montamos el campamento, definimos las guardias y nos organizamos a lo que iba a ser la travesía del otro día: cruzar en kayak el lago escondido.
En ese momento empezaron también a poner música, en un principio cumbia, reggaetón y rkt, a todo volumen. Nos seguían con sus linternas a todos lados donde íbamos, incluso al baño, nos gritaban cosas, como que deberíamos estar muertos, que iba a aparecer otro Santiago Maldonado, pero nosotros estábamos organizados, seguros y con la frente en alto, no iban a poder frenar esta patriada.

Miércoles 1° de febrero
Esa mañana me tocó estar en el primer equipo que remaría desde la costa oeste del lago hasta la Isla de los Patriotas, ubicada casi en la mitad del lago. Como éramos 60 compañeros y había solo 11 kayaks deberíamos ir, rebotar y volver a buscar a los que habían quedado. La idea era hacer base en la isla y ese mismo día partir para la cabecera Este del lago, que es donde está ubicada la mansión.
Cuando llegamos a la isla nos estaba esperando la patota de Lewis acompañados por la policía. Es en ese momento donde el padre Paco encara a uno de los camarógrafos de Lewis y le pide por favor que deje de filmarnos, que nosotros estamos en una playa pública. Lentamente nosotros a medida que iban llegando más compañeros íbamos copando la isla, hasta que la patota se levanta y se va de la isla en lanchas.
El mayor inconveniente que tuvimos ese día fue que el viento que se levantó de Oeste a Este no nos permitía avanzar con los kayaks, entonces demoramos muchísimo en ir a buscar a nuestros compañeros que habían quedado en la otra costa. Se hizo de noche y la patota de Lewis se paraba en todas las costas a hacer falsas señales de luces, para confundir a los compañeros que se dirigían hacia la isla pero que no veían para dónde ir. Por suerte para las 12 de la noche ya estábamos todos juntos en la isla, y como es lógico pasamos la noche ahí.

Jueves 2 de febrero

Acampe frente a la mansión de Lewis.
Esa mañana salimos para la costa este del lago, sobre la que está la mansión. Ya desde lejos empezamos a escuchar la música a máximo volumen, pero estábamos contentos, para nosotros poner un pie en la costa frente a la mansión ya era un triunfo. Somos pocos los compatriotas que sin pedirle permiso a nadie pudimos llegar al Lago, y haberlo remado de punta a punta menos que menos.
Cuando llegamos a la costa la escena era la de música alta y la patota de Lewis sobre el césped mirándonos. La ley dice que a 15 metros de cualquier mar, río o lago argentino es territorio de todos los argentinos, entonces en ese margen pusimos nuestras mochilas, los kayaks, nos sentamos y nos dedicamos a disfrutar de ese paraíso mientras esperábamos a nuestros compañeros.
Una vez llegados se acercó José Luís Bianco, abogado de Lewis, a decirnos que estamos haciendo invasión de la propiedad privada.
Una vez llegados todos y todas, pasa un rato, nos sacamos fotos, cantamos y festejamos, y se acerca José Luís Bianco, abogado de Lewis, a decirnos que estamos haciendo invasión de la propiedad privada, luego de una corta charla con el Dr. Sergio Cuestas ordena a la patota a que todas nuestras cosas tenían que estar del lado de la playa, y nos empiezan a patear las mochilas, los objetos que teníamos cerca y a empujar a los compañeros que estaban parados ahí. Nosotros no respondimos a ninguna agresión, sabíamos que teníamos toda la legitimidad para estar donde estábamos, que los nerviosos eran ellos porque estábamos dejando en evidencia ese lugar, que no es solo una mansión, sino que es un centro de operaciones inglés en América Latina.
Luego de eso la tensión quedó hasta que nos fuimos. Al atardecer montaron poderosos reflectores apuntados a nuestras carpas, de forma tal que encendidos nosotros no podíamos ver lo que hacían atrás. Pasaron música electrónica las 24 horas, hasta la 1 de la mañana, donde apagaron la música y prendieron motosierras, gritaban provocaciones y nos arrojaban piedras cerca. Incluso empezaron a pasar audios de películas pornográficas diciendo que se lo dedicaban al padre Paco. Recién pudimos dormir al amanecer, cuando volvieron a encender la música a todo volumen, pero ya no había piedras ni motosierras.
Es difícil de describir el nivel de cinismo, odio y cipayismo que se siente de parte de las patotas, ni hablar del abogado José Luís Bianco. Yo estaban en tema de cómo era que operaban pero sentirlo en carne propia es indescriptible, hay que vivirlo para saber cómo se siente.

Viernes 3 de febrero

«Nunca nos dejaron de vigilar e intentar que la pasemos de la peor forma posible».
Esa mañana llegó la ambulancia para ver cómo estaban el padre Paco y el flaco Bellido, veterano de Malvinas, que hacía 24 horas comenzaban la huelga de hambre. El día estuvo aparentemente tranquilo, pero ahora en retrospectiva me doy cuenta que en realidad nos habíamos acostumbrado al hostigamiento. Nunca paró de sonar la música, nunca nos dejaron de vigilar e intentar que la pasemos de la peor forma posible: Si queríamos nadar empezaban a andar en motos de agua o lanchas (que vale la pena la aclaración, por ser un área protegida no deberían usar ese tipo de vehículos, en todos los lagos del área está prohibido menos en este que “no está legislado”), si estábamos en el muelle se ponían a pescar al lado nuestro, si íbamos al baño nos seguían para filmarnos, y constantemente con esa música de fondo, que a esa altura ya era directamente insoportable.
Ya anocheciendo nos informan que la provincia había ordenado a la gente de Lewis que nos permitan salir, escoltados por la policía de Río Negro, la cual no generaba ni un poco de confianza. Se notaba muy fácilmente la complicidad entre la patota y la policía, de hecho la noche anterior la policía estaba detrás de los reflectores custodiando a la patota. En un momento cuando ya estábamos listos para salir la policía da la orden de avanzar hacia las combis, y al minuto la patota se acerca a separar el grupo, quedan 7 compañeros de un lado del río escondido y el resto quedamos donde estábamos: continúan las provocaciones, hay que pagar un precio alto por llegar a donde opera el poder real, no nos iba a ser fácil salir. Después de un rato largo finalmente llegan las combis, mientras ese rato nos gritaban que nos habían abandonado y cosas por el estilo. Nos subimos a las combis y después de un largo paseo por las 12.000 hectáreas que posee Lewis salimos finalmente a la Ruta 40, donde nos estaban esperando nuestros compañeros y compañeras.
El Padre Paco en andas del Vikingo neyer.

El Vikingo en sus charlas previas siempre mencionaba que íbamos a subir 60 compañeras y compañeros, pero íbamos a bajar 60 hermanos y hermanas. En ese momento me parecía un recurso poético, pero al bajar no tengo dudas que fue así. Me llevo además de la victoria de haber ejercido soberanía un montón de amigos, amigas, experiencias, me llevo conocimientos sobre cómo es la militancia de base en otras provincias, cuáles son sus preocupaciones, me llevo la sensación de que es posible ganarle a los poderosos, y la fuerza necesaria para enfrentar lo que haya que enfrentar. Sobre todo me llevo la alegría de saber que podemos tener diferencias, pero que nuestras similitudes son muchísimo más grandes, que hay que aprender a identificar al enemigo, y confiar en nuestros amigos, una vez más aprendí, que el amor vence al odio, y que podrá llevar mil marchas, pero venceremos, porque el Lago Escondido es Argentino, y las Malvinas también.
Viva la patria.