Morón, 15 de Octubre de 2020
Declaración de la Pastoral Social de la Diócesis de Morón
LA SOLIDARIDAD ES INDISPENSABLE
“La pandemia nos llama, de hecho, «a tomar este tiempo de prueba como un momento de elección […]: el tiempo para elegir entre lo que cuenta verdaderamente y lo que pasa, para separar lo que es necesario de lo que no lo es». Puede representar una oportunidad real para la conversión, la transformación, para repensar nuestra forma de vida y nuestros sistemas económicos y sociales, que están ampliando las distancias entre pobres y ricos, a raíz de una injusta repartición de los recursos. Pero también puede ser una posibilidad para una “retirada defensiva” con características individualistas y elitistas.
Papa Francisco – Video mensaje a la Asamblea General de las Naciones Unidas (25/09/2020)
La pandemia del Covid 19 ha provocado perjuicios a vastos sectores de la comunidad, en nuestra patria como en la mayoría de los países. Millones de personas han contraído la enfermedad en el mundo. Cientos de miles han muerto a causa de ella. El ejercicio de numerosas actividades ha quedado suspendido y, como consecuencia, muchas familias han perdido su fuente de sustento. En cada país, también, diversos grupos han debido actuar con mayor esfuerzo y enfrentando mayores riesgos, por su lugar de servicio en la comunidad. Tal el caso de las personas que trabajan en los servicios de salud, de seguridad, de atención comunitaria.
Por otra parte, los Estados han debido dedicar mayores recursos para cubrir las necesidades de atención de la salud, así como la asistencia a los miembros de la comunidad con mayores carencias.
Ante este panorama, muchos Estados han dispuesto medidas especiales, a fin de obtener recursos para dar respuesta a los problemas que enfrentan. En el caso de la Argentina, el Congreso de la Nación tiene en consideración un proyecto de ley por el cual las personas titulares de bienes personales superiores a los 200 millones de pesos deberán realizar un aporte extraordinario, destinado a solventar los mayores gastos que ha debido encarar el Estado como consecuencia de la pandemia. Manifestamos nuestra adhesión a esta ley. Encarecemos su pronto tratamiento y sanción, de modo que el Estado cuente con los recursos indispensables para hacer frente a las necesidades que se plantean en este tiempo. Un principio elemental de equidad exige que se reclame de las personas con mayores recursos económicos un aporte especial, como el que ya realizan quienes efectúan servicios con riesgo de sus vidas y quienes ven disminuidos sus ingresos por las restricciones a la actividad a que ha obligado la pandemia. Instamos a que se multipliquen, en todos los niveles de gobierno, proyectos y disposiciones que expresen políticas públicas de fortalecimiento de los recursos para sostener las actividades en defensa y promoción de la justicia social.
En este momento, también, se manifiestan de manera nítida las desigualdades en el acceso a bienes y servicios necesarios para el ejercicio de los derechos humanos. En algunos casos, como el del derecho a la vivienda digna, la solución requiere la aplicación de recursos económicos y organizativos de gran envergadura y complejidad. Instamos a avanzar en la concreción de los programas que se han enunciado, priorizando aquellos que tienen como destinatarias a las familias de menores recursos. En la Provincia de Buenos Aires, expresamos la necesidad de que se cumpla en plenitud la ley 14449 de Acceso Justo al Hábitat.
En relación con otros derechos, como el del acceso a las herramientas tecnológicas de la información, apoyamos el decreto que ha declarado servicio público a la telefonía celular, a los servicios que proveen el acceso a internet y a la televisión, con las consecuencias tarifarias para hacerlos asequibles a todas las personas. Invitamos a las personas que integran las organizaciones interesadas en la defensa y la promoción de los derechos a respaldar esta medida y otras, como el fortalecimiento de la Televisión Digital Abierta, así como las disposiciones para posibilitar la conectividad a internet de los barrios populares, de las zonas rurales y, en particular, de todas las escuelas. La pandemia nos ha ayudado a reconocer la importancia del acceso universal a estas herramientas tecnológicas para el ejercicio del derecho a la educación, a la comunicación, a la información y a la participación en la sociedad actual.
Un ejercicio indispensable de solidaridad es, en este tiempo, el cuidado de la vida y de la salud por todas las personas, observando las reglas de distanciamiento físico, de higiene corporal y de protección contra las conductas imprudentes que facilitan el contagio del virus. Instamos a cumplirlas cabalmente. Celebramos los esfuerzos de la mayoría de las personas para observarlas. Denunciamos como ilegítimas y reprobamos las posiciones de desprecio por las normas de cuidado establecidas por las autoridades sanitarias.