Los vecinos de Pago Chico creemos desde siempre que Ituzaingó es otro país: Un manchón verde en el mapa gris del Conurbano, con bajas tasas de pobreza e indigencia, la moda del emprendedurismo comercial y vecinal y nuestros históricos orgullos locales: la educación, el deporte, con el CAI campeón de la «C» y la cultura con referentes locales e nacionales reconocidos incluso en el exterior como Indio Solari y Raúl Perrone entre otros.
Una asignatura pendiente sería la salud por el conflicto de jurisdicciones entre PAMI y el Municipio en el Hospital del Bicentenario aunque lleva ya tantos años que la gente lo ve como un mal endémico . En la última década se sumó un nuevo espejismo de prosperidad ante la transformación de Parque Leloir en una suerte de Puerto Madero del Oeste y la burbuja inmobiliaria debida a la reforma del código de edificación que produjo un nuevo boom de la gastronomía en el centro del Pueblo y en el llamado Corredor de la Felicidad a lo largo del Acceso Oeste
No obstante, los argentinos hemos aprendido dolorosamente que tales nichos de prosperidad incluyen a un sector minoritario de la población y que una localidad con cerca de 200.000 habitantes requiere un aparato productivo diversificado y un parque industrial pujante en continuo crecimiento.
Pues bien, aquí está la contracara del esplendor nocturno del sector social vinculado a la edificación urbana acelerada: Leemos en el Diario La Ciudad online un informe de Sebastián Sanguinetti acerca del colapso de la emblemática fábrica de ascensores Cóndor de Villa León y la difícil situación que atraviesan otras firmas como Cintolo Hnos y Ecotermo por las medidas recesivas del gobierno de Javier Milei la apertura de importaciones y el freno a la obra pública que redujo la demanda de insumos se reportaron bajas de producción y suspensiones de personal en todo el cordón metalúrgico.
¿Corresponde al municipio un reclamo ante la autoridad nacional del área o gestionar algún tipo de salvataje para el retiro voluntario del personal que, según Rubén Andrada de la UOM local, fracasó por la desidia empresarial?
No lo sabemos pero sería útil incorporarlo al debate ciudadano y electoral. a veces un tanto frívolo de nuestros vecinos.
Fuente La Ciudad Web.
Nota y Fotos Alberto Trinckler