Fake News en la Historia Argentina del Siglo XIX
Por Lic. Ana María Tafuro,
del Instituto Histórico Belgraniano de Ituzaingó.
Actualmente utilizamos el término fake news para conceptualizar la divulgación de noticias falsas que provocan un peligroso círculo de desinformación. Hoy día hablamos de las noticias falsas como algo novedoso, y que, como la mayoría de estas cuestiones; parecen revestir de la veracidad que un relato necesita para ser creído.
Las noticias falsas existen desde hace tiempo, nuestros textos de historia están plagados de ellas y gozaron de espacio en los medios de comunicación de todas las épocas, tuvieron distinto origen y una dirección bien clara.
Algunas son conocidas y surgieron de errores involuntarios, otras fueron verdaderas farsas dirigidas a causar impacto en la sociedad para obtener algún beneficio por parte de un sector.
Ya sabemos que no todo lo que aprendimos en nuestros años escolares está considerado como real y verdadero. Por eso nos permitiremos revisar relatos y descubrir cómo modelaron nuestro pensamiento para lograr encajar un hecho histórico, tal como una pieza de rompecabezas, en un contexto que les resultara favorable para escribir la historia que nos convenía aprender.
Los invito, vamos a recorrer nuestra historia:
Las cintas celestes y blancas que repartieron French y Berutti en 1810.
Nada más alejado de la realidad. Durante la semana de mayo se puso en discusión la legitimidad de un virrey. La postura de un grupo de lúcidos patriotas, se manifestó a favor de tomar las riendas de la conducción del Virreinato. El motivo era más que válido, apuntaba al principio de soberanía, si el rey había sido corrido del trono y apresado por Napoleón, el virrey no representaba a nadie en estas tierras.
El lunes 21 de mayo de 1810, se preparaba una sesión ordinaria en el Cabildo, pero la tranquilidad de la Plaza Mayor fue interrumpida por la aparición de un grupo de 600 jóvenes armados, provenientes de barrios como San Telmo, San Nicolás y Monserrat; barrios populares donde la chusma tenía muy claro el objetivo de la movilización: llegaron para exigir decisiones por parte de los cabildantes. Los activistas estaban comandados por French y Berutti, chisperos de una porción del Cuerpo de Patricios, conocida como la Legión Infernal… creemos que el nombre no deja dudas acerca de sus intenciones. Se presentaron en la plaza para pedir la convocatoria a una Asamblea Extraordinaria de Vecinos, el conocido Cabildo Abierto. En sus sombreros llevaban cintas blancas, ese distintivo hacía alusión a la unión entre españoles y criollos. La presión dio frutos, comenzaba a correr la noticia falsa.
El Cabildo cursa invitaciones a la parte «sana y decente de la población» y al virrey para que concurra en calidad de vecino. Los prestigiosos cabildantes, no contaron con la astucia de los chisperos que utilizaron un recurso muy imaginativo para asegurarse la mayoría de los escaños, un amigo de French y Berutti, adepto a la causa revolucionaria; Agustín Donado imprimió doble cantidad de tarjetas de invitación. Los muchachos infernales llegaron muy temprano y ocuparon las bancas impidiendo que los realistas pudieran acceder, ayudados por el «derecho de admisión» que a golpes y empujones ejercieron los legionarios, la sala del cabildo se llenó rápidamente.
Ese día se vieron en los sombreros cintas blancas, el retrato del rey Fernando VII y una rama de olivo. El 25 de mayo, algunos vecinos se reunieron frente al Cabildo, circulaba el rumor que gente reaccionaria, partidarios del virrey Cisneros se estaba infiltrando en la plaza. French y Berutti pidieron que su gente llevase un distintivo para identificarse con rapidez.
Cuenta un testigo anónimo que eligieron para la ocasión una cinta roja, pero no la pensemos como escarapela en el pecho, se la colocaron como brazalete. En ningún documento de nuestra historia colonial figura la utilización de cintas celestes y blancas compradas en la tienda de la recova.
Esta es una de las primeras fake news que llegaron a nosotros a través de los textos que nos formaron en nuestra infancia.
Los paraguas en la plaza el 25 de mayo.
Muchas veces se planteó la duda de la existencia de paraguas a principios del siglo XIX. Al respecto podemos decir que los paraguas ya existían en Europa, pero su función no era la que le asignamos hoy, protegernos de la lluvia.
En verdad se trataba de sombrillas, su finalidad era evitar que el sol bronceara la piel de la gente de alta sociedad que, en esa época por una cuestión de apellido e incluso hoy, nunca fueron muy afectos al trabajo; los y las trabajadores y sirvientes eran los que se tostaban al sol trabajando para los ricos. Las sombrillas eran muy pesadas, casi cinco kilos, teniendo en cuenta los materiales con que estaban construidas (madera, hueso de ballena y tela). Por lo consiguiente no era un accesorio fácil de transportar y menos aún mojados.
Estas sombrillas llegaban al puerto de Buenos Aires a través del contrabando inglés, esta maniobra hacía que los productos se encarecieran muchísimo. Por eso, ver paraguas era poco común, pero existían, el 25 de mayo de 1810 casi no se vieron en la Plaza Mayor.
La famosa lámina de un cabildo rodeado por una multitud de coloridos paraguas, es fruto de la divulgación de una pintura realizada por un artista cien años después, y que quedó en la memoria popular como la foto de ese día histórico.
Las damas mendocinas donan sus joyas para la campaña libertadora.
Cuando hablamos del sacrificio de las damas mendocinas para colaborar con la epopeya del cruce de los Andes, inmediatamente las imaginamos reunidas en una sala de sus casas cosiendo y organizando donaciones de todo tipo, tan necesarias para cerrar la idea de nación en armas, que el Gral. San Martín había puesto en práctica en las provincias de Cuyo.
Aquí vale mencionar que un grupo de damas encabezado por Remedios de Escalada, esposa de San Martín donaron alhajas, vestidos y algunos objetos de valor. Cuenta Pueyrredón (Director Supremo) que su esposo le dijo a Remedios, que debía ser ella misma un ejemplo despojándose de bienes para los gastos de guerra.
Si bien se recibieron varias donaciones, San Martín no quedó satisfecho con los resultados de la colecta y expresó que la escasez de lo reunido se debía a «la indolencia de los pudientes», que claramente contrastaba con la generosidad de los pobres, que daban todo por la causa independentista. También se nos ocultó que los pobres fueron los que contribuyeron al armado del ejército aportando todo lo que tenían: sueldos, ropa, ollas, alimentos, armas y animales. Tampoco se nos contó, acerca del destino de las donaciones, que no fueron en su totalidad para el Ejército de los Andes; en 1815 se realizó una colecta a pedido del Directorio desde Buenos Aires, con el propósito de equipar buques corsarios para operar contra el comercio español.
Queda claro que esas donaciones fueron enviadas a la ciudad capital para salvaguardar sus propios negocios. Otra «desinteresada» colaboración corresponde a las familias que, para librar a sus hijos del servicio de las armas, entregaban dos o tres esclavos para engrosar las filas del ejército. Así lo expresó el propio General San Martín:
«Los ricos y los terratenientes se niegan a luchar, no quieren mandar a sus hijos a la batalla, me dicen que enviarán tres sirvientes por cada hijo solo para no tener que pagar las multas, dicen que a ellos no les importa seguir siendo una colonia. Sus hijos quedan en sus casa gordos y cómodos, un día se sabrá que esta Patria fue liberada por los pobres y los hijos de los pobres y los negros que ya no volverán a ser esclavos de nadie»
No había selfies, por eso en nuestros manuales de la escuela primaria, nunca pudimos ver retratadas interminables filas de valientes negros cruzando la nevada cordillera. Por eso pudieron ocultarnos y falsificarnos la historia una vez más.
Con respecto a la bandera confeccionada para la identificación del Ejército de los Andes, podemos decir que, en 1816, en la cena navideña, San Martín expone la necesidad de contar con una bandera. Su esposa se hace cargo de esa petición y junto a otras mujeres se la entregaron terminada para el día de Reyes.
El empréstito Baring Brothers.
Otro ejemplo de noticia falsa recordado por casi todos los argentinos y argentinas es el famoso empréstito que Rivadavia gestionó ante la corona inglesa.
Tal vez porque el daño causado a nuestra Nación fue y es enorme, cuando de préstamos hablamos; y porque se evocan momentos muy tristes para nuestro pueblo.
En 1824, durante el gobierno de Martín Rodríguez y siendo ministro Rivadavia, acompañado por un consorcio compuesto por ingleses y hombres de fortuna ligados al gobierno y a la especulación; se gestionó el empréstito con la Casa Baring de Londres.
La excusa para solicitarlo fue su destino: construcción de obras de infraestructura en el territorio bonaerense (puerto y servicios de salubridad), las cuales no se llevaron a cabo, enriqueciéndose los funcionarios, los acreedores y comerciantes. La realidad estaba detrás de lo publicado, Gran Bretaña exigía un requisito para reconocer nuestra independencia y el empréstito sirvió como medio de consolidación del nuevo pacto neocolo-nial entre la corona y la burguesía anglo-porteña. Esta alianza se extenderá por décadas y fue el punto de partida del endeudamiento externo de la Argentina.
El empréstito encarna la entrega nacional y la dependencia configurando a nuestro país como una semicolonia subordinada política y económicamente a Inglaterra.
Resulta oportuno recordar que se pidió un millón de libras esterlinas, llegaron al país 560 mil en letras de cambio y no en metálico.
Tuvieron que pasar 17 años para que un gobernante, Don Juan Manuel de Rosas, renegociara la deuda firmando un nuevo acuerdo para volverla sustentable.
Cuando se reinstauró el liberalismo, luego de la caída de Rosas y con mayor peso en 1881 se iniciaron negociaciones, siempre favorables a los ingleses y que, sobre el sudor, la sangre y el empobrecimiento de todo un pueblo, terminaron de cobrar hasta el último centavo exigido en 1904.
Devolvimos ocho veces más de lo pedido y en pesos fuertes. La gran estafa existió y fue en beneficio exclusivo de la burguesía comercial porteña.
Por último, la historia del empréstito nos ofrece una enseñanza que podemos aplicar a los tiempos que corren, endeudar a una Nación es ofrecerles a los grandes poderes financieros externos la posibilidad de vaciar su economía y de dominarla políticamente.
Si estamos endeudados debemos entregar al extranjero una serie de concesiones que hacen a la vida de una república soberana; esto se convierte en un círculo vicioso que sólo una decisión política férrea podría romper.
Las noticias falsas pueden circular si la sociedad está dispuesta a creerles.
Siempre decimos que la historia cumple un papel fundamental, porque desde el presente nos ayuda a analizar el pasado, para proyectar un futuro sin cometer los mismos errores. Las fakes news, que lograron un importante rédito político, existieron mucho antes que las redes sociales.
Su eficacia consiste en que consiguen convencer a grupos de dominados a tomar el discurso del dominador. Ahí está el verdadero peligro del alcance de estas publicaciones. La difusión de informaciones falseadas ha sido un recurso muy útil para cualquier esfera de poder a lo largo de la historia.
Fuentes consultadas:
Eggers- Brass, T.: (2010) Historia Argentina (1806-2004). Una mirada crítica, Ed. Maipue, Bs. Aires.
GALASSO N.: (2002) De la Banca Baring al FMI. Historia de la Deuda Externa Argentina 1824-2001, Ed. Colihue, Buenos Aires.
PIGNA F.: (2010) 1810. La otra historia de nuestra Revolución fundadora, Ed. Planeta, Buenos Aires. / (2014) La voz del Gran Jefe. Vida y pensamiento de José de San Martín, Ed. Planeta, Buenos Aires.
Gracias por todas las verdades que nos das a conocer, algunas ya sabidas otras no. Gracias por tu trabajo!!!
Gracias a vos Susana por dedicar tu tiempo a leer este artículo. Hay muchas más noticias falsas para compartir y analizar. Seguramente habrá otra oportunidad para seguir trabajando sobre el tema. Un afectuoso y agradecido saludo!
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