El retrato punzó.
Autor y director: Damián Dreizik.
Intérpretes: Fernando Gonet, Micaela Rey, Agustín Rittano.
Vestuario y escenografía: Cecilia Zuvialde.
Iluminación: Miguel Solowej.
Música: Marcelo Katz.
Coreografía: Valeria Narváez.
Sala: Teatro Nacional Cervantes, Libertad 815.
Funciones: jueves a domingos a las 18. Duración: 60 minutos.
La función del crítico es hacer docencia pero no desde un púlpito autocomplaciente desde el cual disciplina el criterio y el gusto del público para instalarlo en el sacrosanto templo del arte.
Antes bien, se trata de acompañar la inquietud del espectador y aportar, si cabe, elementos alternativos que completen la visión de aquel que dará, en última instancia el único abal valedero y perdurable de una obra de arte, teatral en este caso.
Actor, guionista, director, la trayectoria de Damián Dreizik lo expone como un intérprete muy versátil que, sobre todo en escena, siempre consigue hacer malabares con el humor -no ilustra Carlos Pacheco, en La Nación, 25/11/25. …con herramientas que ha sabido desarrollar a lo largo de una carrera que comenzó en el Parakultural, cuando era parte del dúo que conformaba con Carlos Belloso, Los Melli, hasta llegar a un presente donde se acomodó a desarrollar técnicas del stand up»
Este comentarista ignora si el formato stand up es apto para desarrollar una trama histórica, en todo caso podría remitirse a los memorables monólogos de Enrique Pinti que, en último análisis cargaban con el lastre de su extensión.
Mas de un espectador actual le agradará a Dreizick por haberlo liberado de la retórica del revisionismo pero saldrá de la sala con un regusto a poco, a dosis homeopática para el mal argentino de la frustración.
Palabras hoy llamada claves para los algoritmos como «delirante»; «trasgresora» «irreverente» no significan nada cuando se trata de elucidar una clave del poder tan compleja con la sola pista del rojo punzó demandado para el retrato de la Hija de Don Juan Manuel, pese a la elogiable ductilidad de los intérpretes, A menos que nos conformemos con la imagen escolar del dictador sanguinario cuya divisa es del mismísimo color de la sangre derramada.
Claves propone una óptica visual alternativa que acaso permita una mejor comprensión de la puesta: Comparando la imagen final inmóvil de la muy bella Micaela rey con el cuadro de Manuelita Rosas que se exhibe en el Museo Nacional de Bellas Artes podemos tener una idea más o menos acabada de una mujer vinculada al Poder de 1851 y del protagonismo femenino en la política criolla de antes y de ahora.
En cambio, hasta hoy se debate cuál habrá sido la figura real de su padre, el Restaurador de las Leyes.
Nota y Fotos Oestiario Zoo